Las vacaciones no son eternas y la realidad es que tarde o temprano hay que reincorporarse a la vida cotidiana. Pero no solo los que se deben incorporar a su puesto de trabajo pueden sufrir el denominado Síndrome postvacacional; también los niños y las personas mayores pueden verse afectados por este estado que puede causar tristeza, depresión, estrés, irritabilidad, bajo rendimiento, somnolencia, pérdida de apetito…
Para prevenirlo, compartimos una serie de pautas que conviene seguir para volver a la rutina de la mejor manera posible:
– Incorpórate con calma: Uno de los mayores errores es tratar de reincorporarse a la vida cotidiana de golpe. Para ello, regresa unos días antes de las vacaciones y ve aclimatándote a la nueva situación.
– Mantén una actitud realista: Al fin de cuentas se trata de un proceso de adaptación; no se acaba el mundo y ya falta menos para las próximas vacaciones.
– Duerme al menos ocho horas: Estar descansado ayuda a eliminar la irritabilidad y a afrontar mejor cualquier situación que genere estrés.
– Actividades de ocio: Incorpora actividades de ocio a tu rutina para que la vuelta sea más distendida. Pasear, reunirse con familiares o amigos o incluso ir al gimnasio pueden hacer que te sientas mejor.
– Haz ejercicio: El deporte es tan bueno para la salud física como para la mental y conseguirás liberarte del estrés.
– Fomenta lo positivo: A pesar de lo malo que pueda haber sido el día, siempre hay alguna cosa positiva. Solo tienes que mirar bien.
– Evita los pensamientos negativos: Si siempre volvemos a ese mal pensamiento recurrente, la sensación de angustia se incrementará cada vez más. Trata de relajarte y desconectar con alguna actividad que te guste.